Sunday, April 6, 2008

Helen Thomas: `Con la cobertura de Irak, los periodistas defraudaron a la gente´

Periodista Digital
VozSinCensura

Su cuerpo chiquito, regordete y un poco frágil, de abuelita de Caperucita, contrasta con su fama legendaria como "la primera dama del periodismo norteamericano". Se llama Helen Thomas y la periodista más antigua de la Casa Blanca, pero ahora -los que controlan las ruedas de prensa del entorno Bush- apenas la dejan preguntar.
Su rostro de trazos gruesos, heredado de sus padres libaneses, concuerda más con sus apodos, el de "perro guardián de la Casa Blanca".
Ella, que recibió todas las distinciones posibles, atesora como una preciada medalla la que le otorgó, sin querer, Fidel Castro. Fue cuando el diario USAToday le preguntó al líder cubano cuál era la diferencia entre la democracia en la isla y la de Estados Unidos. Y Castro respondió: "Que yo no tengo que responder las preguntas de Helen Thomas".
Ella sonríe, ahora, cuando se da cuenta de que George W. Bush "está en ese mismo bote. Tampoco quiere responderme".
Durante la mayor parte de los 47 años que lleva como corresponsal en la Casa Blanca fue la encargada de abrir las conferencias de prensa con la primera pregunta y concluirlas con el clásico "Gracias, señor presidente".
Así fue desde John Kennedy hasta Bill Clinton. Pero Bush acabó con esa tradición. Una pequeña venganza personal contra la periodista que le ha hecho las preguntas más incisivas.
—¿Bush es el peor de los presidentes que le tocó cubrir?
—Empezar una guerra contra un país que no nos hizo nada es una de las peores cosas que puede hacer un presidente. Abusar del poder para beneficio propio, desatando un escándalo de corrupción como Watergate, también.
—O sea que Bush y Richard Nixon fueron los peores...
—Sí. Al menos, Bush todavía tiene margen para mejorar. Le quedan dos años de gobierno.
—¿Le tiene fe todavía?
—No (ríe). A menos que dé un giro de 180 grados y diga "cometí un error gravísimo, replegaremos las tropas". Pero no creo.
—Ahora llueven las críticas pero hace dos años fue reelecto y la realidad era la misma. ¿Por qué ese cambio?
—La gente se despertó, simplemente. Y vio que nada de lo que había prometido se cumplió.
—Usted acusó a sus colegas, de ayudar a que la gente durmiera mientras se preparaba la invasión a Irak.
—Los periodistas defraudaron al país. Nuestra arma es el escepticismo. Observar y hacer preguntas. Y cuando algo no huele bien, deberíamos ser los primeros en alertar al público. Pero después del 11-S tenían miedo de que se les cuestionara el patriotismo. Recién ahora están saliendo del coma.
—¿Kennedy fue su presidente favorito?
-Fue un visionario. Motivó a los jóvenes a sumarse a la función pública. Apoyó la cultura, la educación. Miraba hacia el futuro. Tuvo la idea de llevar el hombre a la luna.
—Usted dijo que las conferencias de prensa son una institución fundamental de la democracia. Algunos presidentes, como el argentino, dicen que prefieren hablarle directo a la gente, sin intermediarios.
—(Ríe.) Claro, así habla sólo de las cosas buenas de su gobierno. Seguro tiene miedo de responder sobre asuntos más oscuros. Los periodistas no somos intermediarios, somos interrogadores. En la democracia, los presidentes deben responder las preguntas de los periodistas.
—Usted le preguntó a Bush por la razón real para invadir Irak. Y le prohibieron preguntar. ¿Qué pregunta tiene preparada para cuando le levanten la suspensión?
—La misma. No me lo respondió. La gente sigue muriendo y aún no sabemos de verdad.

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